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Este es un blog para mantener un diario de mis impresiones sobre las películas que veo, los libros que leo, la música que escucho, los conciertos a los que asisto. Un sustituto para mi mala memoria. Todas las opiniones son estrictamente personales y si por casualidad lo estás leyendo, admito y agradezco tus comentarios.

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Lugar: Barcelona, Barcelona, Spain

17 septiembre 2006

UNA MEMORIA de Gore Vidal.

Estaba yo aburrido hace más o menos una semana, dando vueltas por la sección de libros del Corte Ingles de Portal del Angel en Barcelona, haciendo tiempo para ir a comer con una amiga, cuando en el estante de libros de bolsillo cayo en mis manos, casi por azar, "Una memoria" de Gore Vidal.
Nunca he tenido un especial interés por este hombre. Lo había visto mencionado en prensa, sabía que había escrito varias novelas, ninguna de las cuales he leído, que ha actuado en alguna que otra película, en televisión, que ha estado metido en la política estadounidense y en el mundo diplomático (creo).
Pero hojeando el libro, su prosa rápida, y los nombres que iban saliendo (Tenesee Wilians, Paul Bowles, Anais Ninn, los Kenedy, Paul Newman, etc, etc), prometían una lectura agradable, entretenida y con muchos chismorreos. Vamos, lo ideal para empezar la temporada después del relax del verano. Lo compré y lo estoy leyendo.
Y la verdad me está sorprendiendo gratamente el volumen (del que ya llevo leído más o menos 3/4 partes).
Ahora me gustaría dejar constancia de unos párrafos que me ha llamado la atención, y que no quiero que queden perdidos en mi mala memoria.
"Esta madurez temprana también convertía en algo natural el sexo entre chicos, aunque había ciertas reglas que cumplían en general los chicos "rectos". Reglas: los chicos no se besaban, sólo las chicas, y muchos de nosotros pensábamos que el besarse había sido inventado por las chicas en primer lugar, porque para nosotros no era siempre agradable cuando el aumento del flujo de estrógenos convertía el sabor de su saliva en algo desagradable; chupar la polla y dar por culo eran cosas impensables. ¿No dolía? ¿No era algo sucio? Por otra parte, éramos verdaderos paganos que no sabían nada de categorías. Ni que decir tiene que había mariquitas, de los que nos burlábamos de un modo cruel, y viejos peligrosos, como el que se sentó a mi lado en el cine Keith y puso su mano en mi entrepierna. Salí corriendo. Todos los chicos que conocía habían tenido una experiencia similar. Lo que nos traíamos todos entre manos era un homoerotismo perfectamente natural, que algunos continuaron durante el resto de sus vidas, sin llegar a caer en la homosexualidad, físicamente más compleja o, por la razón que sea, en la heterosexualidad seria, el "rechazo" de la cual confundía y mortificaba tanto a Anaïs, diosa de la terapia amorosa y divina astróloga.
Jimmie era homoerótico y heteroerótico. Supongo que siento curiosidad por el equilibrio entre ambos en su naturaleza. Pero cuando un amante entra en estado de schock al conocer su muerte, y otro le guarda luto hasta el final de su vida, nos hemos trasladado más allá del sexo o el erotismo, rumbo a las costas del amor y del naufragio"
Me llama mucho la atención la distinción entre "homoerótico" y "homosexual". Por lo que llevo leído, Gore pretende que toda su vida ha sido "homoerótico". Tiene un gran amor de adolescencia, Jimmie Trimble, con quien tiene juegos sexuales en la escuela, pero siempre dentro de las reglas homoeróticas que describe en el párrafo anteriormente trascrito.
Otros párrafos: "Ese anhelo de la infancia por tener un hermano gemelo no me parece que sea narcisita en el vulgar sentido freudiano. Al fin y al cabo uno es uno mismo y el otro es el otro. Es la clase, el tipo de semejanza lo que lo convierte en plenitud, ¿y no es esa búsqueda de la semejanza, ese deseo y búsqueda de la plenitud -tal y como Platón le hace observa a Aristófanes- la base de todo amor? Siendo así que nadie ha llegado jamás a encontrar la plenitud perfecta en otro ser humano, no importa de qué sexo, el gemelo es lo más cerca que uno puede llegar en lo que respecta a esta plenitud humana con otro ser; si nos atrevemos a invocar a la biología y la evolución de las especies anteriores a nosotros los mamíferos, abocados a la muerte una vez procreados, la ameba, nuestro antepasado asexual, nunca muere y no se reproduce sexualmente, sino que sencillamente -¿apaciblemente?-se divide en dos copias idénticas."
(.....)
"Pero todo esto aún pertenecía a un futuro muy lejano aquella tarde en que le conté a Jimmie que me iba a casar con Rosalind cuando terminase el bachillerato en Exeter. "Estás loco", me contestó.
Bajamos las escaleras hasta el servicio de caballeros, con sus encumbrados urinarios de mármol y grandes vestuarios individuales. Me preguntaba qué -si algo- sentiría. Al fin y al cabo dos hombres no es lo mismo que dos niños. Por suerte nuestros cuerpos aún encajaban perfectamente, como no tardaríamos en descubrir una vez en e interior de uno de los vestuarios, de pie, tripa contra tripa, hablando de chicas y del matrimonio y corriéndonos simultáneamente.
De esta forma alcanzamos la plenitud en un momento que acabó convirtiéndose en el último para ambos; y para mí, si no para él, en el definitivo. Por mi parte no sólo no volvería a encontrar jamás esa otra mitad, sino que una vez hube cumplido los veinticinco ya había renunciado a toda búsqueda, resignado a las mil fugaces adhesiones anónimas, como diría Walt Whitman, en las que la plenitud parece alcanzarse por un instante. Suficiente pienso, si has llegado a experimentar lo auténtico. Al menos en términos platónicos, me completé a mí mismo en una ocasión. Jack Kennedi -más bien una mitad del hermafrodita que del macho-, según él mismo admitía, nunca lo logró ni de lejos. Yo tengo suerte. El no la tuvo."
(.....)
"Llevo ya viviendo medio siglo con un hombre, pero el sexo no ha jugado ningún papel en nuestra relación; así pues, donde no hay deseo ni búsqueda no hay plenitud. Pero hay estados menores de satisfacción, fragmentos".
No se, todo esto me hace pensar, pero no he llegado a ninguna conclusión. Quede aquí constancia de los párrafos. Ya seguiré contando.
Nota: Todos las citas de "Una memoria" Gore Vidal. Ed. De Bolsillo.