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Este es un blog para mantener un diario de mis impresiones sobre las películas que veo, los libros que leo, la música que escucho, los conciertos a los que asisto. Un sustituto para mi mala memoria. Todas las opiniones son estrictamente personales y si por casualidad lo estás leyendo, admito y agradezco tus comentarios.

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Lugar: Barcelona, Barcelona, Spain

24 septiembre 2006

HUMOR, CANDOR. Josep Pla. I

Desde hace más o menos un año estoy en la ingente tarea de leer la obra completa de Josep Pla, que me encanta. Estoy ahora en el tomo 24 (no sigo el orden de edición en la lectura, ahora habré leído 1/3 de la obra), Humor, candor. Es una colección de artículos cortos sobre los más diversos temas.
Sobre el teatro.
"Quiero comenzar por declarar que a mi entender no se ha de escribir el teatro para el público, pero que se ha de escribir para los actores que lo han de interpretar. El elemento esencial del teatro son los actores".
"El teatro moderno es muy distinto del teatro clásico. Para comprender la diferencia es de mucha utilidad la lectura de un libro de Bernard Shaw, poco conocido en nuestras latitudes, titulado "La quinta esencia del ibsenismo". La tesis de Shaw, reducida a esquema, es esta: así como el teatro clásico está basado en los tres momentos de exposición, nudo y desenlace, el teatro moderno contiene un acto de presentación, un acto de conflicto y un acto de suspensión, de perplejidad y, en definitiva, de discusión. Los dos primeros responden al mismo espíritu del viejo teatro. El tercero implica una gran novedad. En el tercer acto, el autor discute los pros y los contras del problema que acaba de presentar, sin decantarse ni hacia un lado ni hacia el otro; es decir, cogiendo el problema con ambas manos y diciendo al público "ahora ya saben de que va; resuelvan ustedes mismos; decídanse por una lado o por el otro y yo me lavo las manos"
Es natural que si toda la vida moderna es pura problemática, que si la reflexión científica y el pensamiento se basan en la duda metódica, el teatro siga el movimiento general. En el teatro antiguo, el tercer acto, el desenlace, es dogmático: los buenos triunfan sobre los malos en virtud de imperativos teológicos. En el teatro moderno, el tercer acto es pura dialéctica destinada a hacer que el público formule su dictamen final. En el teatro antiguo, el tercer acto era enormemente satisfactorio. En el teatro moderno, el tercer acto es inquietante."
(Humor, Candor. Josep Pla. Obra completa, Tomo 24, Pág.214 y ss.